Actualmente, sólo basta darse un paseillo por la red para encontrar infinidad de referencias al turismo rural, como aliciente para un determinado alojamiento emplazado en un entorno que no es considerado urbano...pero el turismo rural, debe ser algo más.
Si tenemos en cuenta el declive de la presencia del sector primario en el mapa conceptual de la economía española, podemos llegar a pensar que el campo desaparecerá. Cada vez son menos las ayudas que se reciben de fuentes europeas para impulsar explotaciones agropecuarias en España, mientras que los problemas como limitada cuota láctea o inexistente ayuda al emprededor novel se multiplican.
No soy economista especializada en el tema, lamentablemente. Si bien puedo opinar desde mi experiencia personal. Para muestra: en mi pueblo, había del orden de una explotación ganadera por casa; se trataba en gran medida de explotaciones pequeñas, con mínimo gasto en mecanización...actualmente quedamos dos, con mayor número de cabezas, extensión, y por tanto inversión.
Como propietaria de un alojamiento de turismo rural, me pregunto ¿qué será de ese apelativo, "rural", cuando ya no haya vacas en los prados, gallinas en los corrales...? En alguna forma, estamos perdiendo la identidad, sólo quedarán las casas modernas, cómodas, conectadas, con 3g o ...¿quién sabe? Pero ya no será lo mismo.
Debemos defender ese modo de vida; la naturaleza no está sólo para disfrutarla, sino también para cuidarla y saber aprovechar todo lo que nos ofrece: desde una lechuga hasta ver nacer un ternero en un prado. Abogo por esta forma lenta (ahora que tan de moda está el movimiento "slow") de vivir el tiempo que se nos ha dado.